domingo, 5 de septiembre de 2010

Uru, la Araña




Uru era el nombre de una princesa heredera de un trono inca. Su padre, el curaca Kúntur Capac, había procurado darle esmerada educación, pero la princesita, que vivía envuelta en lujos y refinamientos, era sumamente díscola y caprichosa. Pasaba los días comprando rica telas y exóticos tocados y no cumplía con las obligaciones propias de su condición, escapándose de la tutela de ayos o maestros. El Hamurpa, preocupado por su indolencia y egoismo, interpelaba al curaca: "Tú sabes que estás enfermo y próximo a morir, Kúntur Capac - solía decirle- Y tu hija heredará este trono, para el que no está preparada. Nada sabe de nuestra historia, de nuestras costumbres y necesidades, no realiza ninguna tarea útil o noble y sólo se ocupa de vestirse, adornarse y saborear manjares costosos que hace traer de lejanos lugares".

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