Te vas, me dejas y me abandonas

Supongo que a todos nos cuestan los cambios. Hasta los que se desean con fuerza, te dejan ese poso de nostalgia, de miedo, de duda, de vacío. 

Si el cambio viene acompañado de un sustituto, la cosa se lleva mejor, pero no resuelve el problema del todo. La ilusión por lo nuevo se ve contínuamente empañada  por el recuerdo, por el ayer y entonces se hace inevitable la comparación...

Es para mejor, te dices para convencerte de que no has errado. Es lo que querías. Pero la duda, siempre la duda, no te deja vivir tranquilo.

Por supuesto que, aunque este mal, es un mal muy común y muy extendido, tiene una cura infalible, el tiempo.

Esta semana ha llegado a mi vida una nueva compañera, que aunque no viene a echar a nadie sino a compartir espacios, siento como ha generado recelos y miedos a la que, hasta ahora, ocupaba el centro de mis mimos y atenciones. Espero que la convivencia no sea muy dura, pero bueno... nadie dijo que fuera fácil. 

Sólo me queda por anunciar la bienvenida a este blog a la nueva invitada, la hermosa D700, pero para no incidir en la herida, permitidme que no sea ella la protagonista en la imáfora, sino la fiel, leal y siempre correcta D50. Sirva este post como homenaje a toda una hoja de servicios intachable y de la que estoy seguro, continuará siendo, dando grandes alegrías a todos los que paséis por mi RealidaZ.

Despierto

SaluZ, besos y abraZos.